Príncipes (1605-1615)
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XXXXX |
Clasica (2021)
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Capitulo Primero.
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Capítulo Primero
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Que trata de la condicion, y exercicio del famoſo hidalgo don Quixote de la Mancha.
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XXXXX |
Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo don Quijote de la Mancha
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En vn lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que viuia vn hidalgo de los de lança en aſtillero, adarga antigua, rozin flaco, y galgo corredor.
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1 |
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
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Vna olla de algo mas vaca que carnero, ſalpicon las mas noches, duelos y quebrantos los Sabados, |
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Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, |
Tenia en ſu caſa vna ama que paſſaua de los quarenta, y vna ſobrina que no llegaua a los veynte, y vn moço de campo y plaça, que aſsi enſillaua el rozin, como tomaua la podadera.
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3 |
Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera.
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Friſaua la edad de nueſtro hidalgo con los cinquenta años. Era de complexion rezia, ſeco de carnes, enjuto de roſtro, gran madrugador, y amigo de la caça.
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4 |
Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza.
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Quieren dezir, que tenia el ſobrenombre de Quixada, o Queſada, que en eſto ay alguna diferencia en los autores que |
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Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna diferencia en los autores que |
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Es pues de ſaber, que eſte ſobredicho hidalgo, los ratos que eſtaua ocioſo (que eran los mas del año) ſe daua a leer libros de cauallerias, con tanta aficion y guſto, que oluidó caſi de todo punto el exercicio de la caça, y aun la adminiſtracion de ſu hazienda: y llegô a tanto ſu curioſidad, y deſatino en eſto, que vendio muchas |
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Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso ―que eran los más del año―, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas |
La razon de la ſinrazon que a mi razon ſe haze, de tal manera mi razon enflaqueze, que con razon me quexo de la vueſtra |
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La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra |
Y tambien quando leía.
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Y también cuando leía:
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Los altos cielos que de vueſtra diuinidad, diuinamente con las eſtrellas os fortifican, y os hazen merecedora del merecimiento que merece la vueſtra grandeza.
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Los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza...
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Con eſtas razones perdia el pobre {29} cauallero el juyzio, y deſuelauaſe por entenderlas y deſentrañarles el ſentido, que no ſe lo ſacara, ni las entendiera el |
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Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara ni las entendiera el |
No eſtaua muy bien con las heridas que don Belianis daua, y |
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No estaba muy bien con las heridas que don Belianís daba y |
Pero con todo alabaua en ſu autor, aquel acabar ſu libro con la promeſſa de aquella inacabable auentura, y muchas vezes le vino deſſeo de tomar la pluma, y |
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Pero, con todo, alababa en su autor aquel acabar: su libro con la promesa de aquella inacabable aventura; y muchas veces le vino deseo de tomar la pluma y |
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Tuuo muchas vezes competencia con el Cura de ſu lugar (que era hombre docto, graduado en |
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Tuvo muchas veces competencia con el cura de su lugar ―que era hombre docto, graduado en |
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En reſolucion, el ſe enfraſcò tanto en ſu |
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En resolución, él se enfrascó tanto en su |
Llenoſele la fantaſia de todo aquello que leîa en los libros, aſsi de |
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Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de |
Dezia el, que el Cid |
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Decía él que el Cid |
Mejor eſtaua con Bernardo del Carpio, porque en Ronçeſualles auia muerto a Roldan el encantado, valiendoſe de la induſtria de Hercules, quando ahogô a Anteo el hijo de la Tierra entre los braços.
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Mejor estaba con Bernardo del Carpio, porque en Roncesvalles había muerto a Roldán el encantado, valiéndose de la industria de Hércules, cuando ahogó a Anteo, el hijo de la Tierra, entre los brazos.
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Dezia mucho bien del Gigante Morgante, porque con ſer de aquella generacion Gigantea, que todos ſon ſoberuios y deſcomedidos, el ſolo era afable y bien criado.
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Decía mucho bien del gigante Morgante, porque, con ser de aquella generación gigantea, que todos son soberbios y descomedidos, él solo era afable y bien criado.
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Pero ſobre todos eſtaua bien con Reynaldos de Montaluan, y mas quando le veîa ſalir de ſu caſtillo, y robar quantos topaua: y quando en Allende robò aquel idolo de Mahoma, que era todo de oro, ſegun dize ſu hiſtoria.
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Pero, sobre todos, estaba bien con Reinaldos de Montalbán, y más cuando |
Diera el por dar vna mano de cozes al traydor de Galalon, al ama que tenia, y aun a ſu ſobrina de añadidura.
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Diera él, por dar una mano de coces al traidor de Galalón, al ama que tenía, y aun a su sobrina de añadidura.
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En |
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En |
Ymaginauaſe el pobre, ya coronado por el valor de ſu braço, por lo menos del Imperio de Trapiſonda: y aſsi con eſtos tan agradables penſamientos, lleuado del |
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Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su brazo, por lo menos del imperio de Trapisonda; y así, con estos tan agradables pensamientos, llevado del |
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Y lo primero {31} que hizo, fue limpiar vnas armas que auian ſido de ſus viſabuelos, que tomadas de orin, y llenas de moho, luengos ſiglos auia que eſtauan pueſtas y oluidadas en vn rincon. Limpiolas, y adereçolas lo mejor que pudo, pero vio que tenian vna gran falta, y era que no tenian zelada de encaxe, ſino morrion ſimple: mas a eſto ſuplio ſu induſtria: porque de cartones hizo vn modo de media zelada, que encaxada con el morrion, hazian vna apariencia de zelada entera:
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Y lo primero que hizo fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos, que, tomadas de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un rincón. Limpiolas y aderezolas lo mejor que pudo, pero vio que tenían una gran falta, y era que no tenían celada de encaje, sino morrión simple; mas a esto suplió su industria, porque de cartones hizo un modo de media celada, que, encajada con el morrión, hacían una apariencia de celada entera.
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es verdad que para prouar ſi era fuerte, y podia eſtar al rieſgo de vna cuchillada, ſacò ſu eſpada y le dio dos golpes, y con el primero, y en vn punto, deshizo lo que auia hecho en vna ſemana: y no dexò de parecerle mal, la facilidad con que la auia hecho pedaços: y por aſſegurarſe |
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Es verdad que, para probar si era fuerte y podía estar al riesgo de una cuchillada, sacó su espada y le dio dos golpes, y con el primero y en un |
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Fue luego a ver ſu rozin, y aunque tenia mas quartos que vn real, y mas tachas que el cauallo de Gonela, que tantum pellis, & oſſa fuit, le parecio que ni el Buzefalo de Alexandro, ni Babieca el del Cid con el ſe ygualauan.
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Fue luego a ver su rocín, y aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, que tantum pellis et ossa fuit, le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro ni Babieca el del Cid con él se igualaban.
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Quatro dias ſe le paſſaron en imaginar que nombre le pondria, porque (ſegun ſe dezia el a ſi |
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Cuatro días se le pasaron en imaginar qué nombre le pondría, porque ―según se decía él a sí |
y aſsi {32} deſpues de muchos nombres que formò, borrò, y quitò, añadio, deshizo, y tornò a hazer en ſu memoria, è imaginacion: al fin le vino a llamar Rozinante. Nombre a ſu parecer, alto, ſonoro, y ſignificatiuo, de lo que auia ſido quando fue rozin antes de lo que aora era, que era antes, y primero de todos los rozines del mundo.
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Y así, después de muchos nombres que formó, borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar Rocinante: nombre, a su parecer, alto, sonoro y significativo de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo que ahora era, que era antes y primero de todos los rocines del mundo.
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Pueſto nombre, y tan a ſu guſto a ſu cauallo, quiſo ponerſele a ſi miſmo, y en eſte penſamiento durò otros ocho dias: y al cabo ſe vino a llamar don Quixote: de donde (como queda |
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Puesto nombre, y tan a su gusto, a su caballo, quiso ponérsele a sí mismo, y en este pensamiento duró otros ocho días, y al cabo se vino a llamar don Quijote; de donde ―como queda |
pero acordandoſe que el valeroſo Amadis, no ſolo ſe auia contentado con llamarſe Amadis a ſecas, ſino que añadio el nombre de ſu Reyno y patria por |
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Pero acordándose que el valeroso Amadís no solo se había contentado con llamarse Amadís a secas, sino que añadió el nombre de su reino y patria, por |
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Limpias pues ſus armas, hecho del morrion zelada, pueſto nombre a ſu rozin, y confirmandoſe a ſi miſmo, ſe dio a entender que no le faltaua otra coſa, ſino buſcar vna dama de quien enamorarſe: porque el cauallero andante ſin amores, era arbol ſin hojas, y ſin fruto, y cuerpo ſin alma.
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Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín y confirmándose a sí mismo, se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse; porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto, y cuerpo sin alma.
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Deziaſe el:
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Decíase él:
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―Si yo por malos de mis pecados, o por mi buena ſuerte, me encuentro por ahi con algun Gigante (como de ordinario les acontece a los caualleros andantes) y le derribo de vn encuentro, o le parto por mitad del cuerpo, o finalmente le venço, y le rindo, no ſerà bien tener a quien embiarle preſentado? y que entre y ſe hinque de rodillas ante mi dulce ſeñora, y diga con voz {33} humilde y rendido:
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―Si yo, por malos de mis pecados, o por mi buena suerte, me encuentro por ahí con algún gigante, como de ordinario les acontece a los caballeros andantes, y le derribo de un encuentro, o le parto por mitad del cuerpo, o, finalmente, le venzo y le rindo, ¿no será bien tener a quien enviarle presentado?, y que entre y se hinque de rodillas ante mi dulce señora, y diga con voz humilde y rendido:
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Yo ſeñora ſoy el Gigante Caraculiambro, ſeñor de la Inſula Malindrania, a quien vencio en ſingular batalla, el jamas, como ſe deue alabado cauallero don Quixote de la Mancha, el qual me mandò que me preſentaſſe ante vueſtra merced, para que la vueſtra grandeza diſponga de mi a ſu talante.
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Yo, señora, soy el gigante Caraculiambro, señor de la ínsula Malindrania, a quien venció en singular batalla el jamás como se debe alabado caballero don Quijote de la Mancha, el cual me mandó que me presentase ante vuestra merced, para que la vuestra grandeza disponga de mí a su talante.
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O como ſe holgò nueſtro buen cauallero, quando huuo hecho eſte diſcurſo, y mas quando hallò a quien dar nombre de ſu dama: y fue a lo que ſe cree, que en vn lugar cerca del ſuyo, auia vna moça labradora de muy buen parecer, de quien el vn tiempo anduuo enamorado (aunque ſegun ſe entiende, ella jamas lo ſupo, ni le dio cata |
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¡Oh, cómo se holgó nuestro buen caballero cuando hubo hecho este discurso, y más cuando halló a quien dar nombre de su dama! Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo, ni le dio cata |
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